"Changes" es el título de una de las canciones más conocidas de David Bowie. El tema sigue siendo un clásico indiscutido, porque su melodía es muy rica, pero también porque representa la constante búsqueda del cambio y esa esencia camaleónica en la que todos vivimos. Bowie escribió esta letra cuando estaba pasando por muchos cambios personales.
En nuestras organizaciones, los cambios son una constante y la flexibilidad para surfear lo extraño, un must. En cómo enfrentamos estos nuevos contextos está la clave del éxito. ¿Lo hacemos con entusiasmo como David Bowie o con resistencia y frustración?
A estas alturas, todos conocemos que, por mucha inversión en tecnología o cambio de procesos que hagas, si no cuentas con entendimiento de tus equipos y alineamiento de las áreas, el cambio tendrá pocas posibilidades de éxito.
Los líderes que todavía no ven valor en la gestión y la preparación de las personas para la transformación pasarán de creer que era un esfuerzo innecesario, a entender realmente las pérdidas que les ha causado la falta de este entendimiento.
Tener una metodología y un enfoque de gestión ayuda y guía a las compañías a tener una partitura para orquestar el cambio, aprovechando las capacidades de cada uno para lograr la mejor sintonía.
¿Cómo saber si la partitura está siendo bien tocada por los equipos?
Para la medición en cada fase, en Olivia tomamos ventaja de la aplicación de Machine Learning combinando IA, psicología social y neurociencia. De esta manera, los algoritmos crean modelos para entender a los colaboradores. Con estos resultados podemos determinar cuáles de todas las variables impactan positiva o negativamente en la probabilidad de éxito de un proceso de cambio y/o transformación de la organización.
Mediante el análisis de la red organizacional (A.R.O.), podemos visualizar las interacciones y la capacidad de influencia de las personas que conforman la organización. Nos permite identificar las acciones predominantes en los diferentes niveles de la organización, así como explorar el impacto futuro al realizar cambios específicos. Así, podemos planificar optimizando las posibilidades de éxito y preparando a las organizaciones a que el cambio no sea un conflicto.
Un caso donde se ve claramente el valor es en las empresas que están implementando una nueva plataforma tecnológica que exige un cambio significativo en la estrategia empresarial. En este tipo de proyectos, el análisis para entender las redes de influencia es clave, ya que podemos ver qué personas son las que abrazan el cambio y cuáles se oponen.
Con este entendimiento de la estructura organizacional, detectamos quienes son los líderes de opinión claves, que se vuelven en nuestros aliados y aceleradores de la transformación. Nos permite implementar acciones muy concretas dirigidas a los usuarios que nos van a ayudar a llegar al punto de inflexión necesario para impulsar la transición suavemente.
Este análisis de las personas también nos ayuda en las organizaciones que buscan un cambio para fomentar la innovación en su cultura.
Realizamos el estudio de la red para identificar patrones de colaboración entre los equipos y empleados más creativos. Cuando los identificamos, podemos fomentar conexiones estratégicas, crear espacios para la colaboración contando con estas personas en los equipos multidisciplinarios, lo que lleva a propagar el ADN innovador en el clima de la organización, así como el aumento de la generación de ideas innovadoras.
Por último, ¿cuál es la empresa que hoy en día no necesita cambios en sus procesos internos? Sin embargo, muchas veces no se sabe con claridad cuál de ellos son los que más afectan a su velocidad o experiencia de servicio. Gracias a este análisis, podemos entender las interacciones entre los departamentos y los responsables de etapas del proceso, identificando las áreas donde hay mayor oportunidad de mejora. De esta forma, se diseñan iniciativas para una mayor eficiencia operativa y reducción de tiempos lo que tiene un alto impacto en el negocio. Además, puede usarse para crear modelos predictivos que ayuden a comprender cómo se desarrollarán diferentes escenarios durante la implementación, lo que permite la identificación proactiva de posibles futuros problemas.
Analizar y aprovechar todos los datos de esta cultura camaleónica, como David Bowie expresa, proporciona una comprensión del contexto, de las interacciones y relaciones dentro de la organización, para focalizar los cambios claves y facilitar la transformación sin resistencia ni fricción.
De esta manera, se logra una estrategia de transformación teniendo en cuenta las personas, la diferencia de capacidades impulsando a los equipos a girar constantemente y ser flexibles para enfrentar lo extraño “Ch-ch-ch-ch-changes, turn and face the strange”.
Por Irene Marqués, socia de OLIVIA México