La tecnología nuevamente está en el centro de la escena política, social y económica, monopolizando los medios a nivel mundial. El avance de la inteligencia artificial y el acceso casi universal con las nuevas herramientas, como el chat GPT, acercan estos avances a la población en general. Estas nuevas apariciones movilizan las estructuras, encontramos noticias como que “Elon Musk, Bill Gates, Steve Wozniak y más de 1.000 líderes firman una carta para frenar el avance de la inteligencia artificial”, que “Italia se convierte en el primer país en prohibir la IA de ChatGPT”.
Claramente, las organizaciones no quedan fuera de estas tendencias. Basados en el estudio de Mercer en Analítica en Capital Humano 2020, encontramos que:
- 78 % de las organizaciones están de acuerdo en que la analítica está cambiando la naturaleza de la ventaja competitiva.
- 66 % de las compañías globales están invirtiendo más de USD 5 millones en software analítico.
- 12 % de las empresas globales describen su madurez analítica como “líder”.
- 10 % de las organizaciones coinciden en que la gestión del cambio es una barrera para el éxito de estrategias analíticas.
Evidentemente estas tecnologías están actualmente con nosotros para quedarse, pero todavía existe un gran margen en la adopción de las mismas en las organizaciones. Por eso, hoy es un buen momento para reflexionar sobre cómo nosotros, como personas, podemos adaptarnos a estas innovaciones. En última instancia, no son las organizaciones las que cambian, sino las personas que las forman las que lo hacen.
Steve Jobs, en los años 80, hablando de las computadoras y su impacto en la vida de las personas, nos regala una reflexión sintetizada en la siguiente frase “la computadora es una Bicicleta para la mente”. Cuando, escuche esta frase nuevamente estas semanas, me hizo reflexionar bastante sobre el potencial que tiene en las organizaciones estos cambios. Quedo resonando en mi cabeza, llevándome, por asociación libre, al Libro Esencialismo de Greg McKewon. McKewon, en su libro, provoca al lector a hacer el ejercicio de eliminar lo que no es esencial y deshacerse de los desperdicios de tiempo. Colocando el foco en nuestros objetivos reduciendo y simplificando aquellas tareas que no se alinean con estos.
En este punto usted se debe estar preguntando, ¿qué tiene que ver esto con analíticas de datos?
Cuando analizamos estas tendencias, la analítica avanzada nos permite dar un salto temporal comparado con la analítica descriptiva. Si hasta ahora las herramientas descriptivas nos permitían tener una foto basada en el pasado y presente; las nuevas herramientas nos amplían esta mirada agregando una dimensión adicional, la de la propensión de comportamiento, una mirada de futuro. Cuando combinamos una mirada cuantitativa avanzada junto con una mirada cualitativa abre un potencial que profundiza en esta propensión del comportamiento alimentando la posibilidad de crear escenario futuros. Esa mirada con foco en transformación nosotros lo llamamos de transformation analytics
Sea Cual sea el objetivo (adoptar un cambio, acelerar la performance de las personas dentro una organización, trabajar sobre el potencial de transformación en vistas al futuro, entender rotación futura, la madurez digital…) las soluciones de transformation Analytics pueden traer esta nueva dimensión de análisis. Una mirada en el futuro que nos permite priorizar y focalizar nuestros esfuerzos en las variables claves que nos aceleran la transformación de nuestra organización en vistas a donde queremos llegar.
Entonces, ¿cuál va a ser nuestro rol en este contexto?
La llave, nuestro valor agregado, va a estar en las preguntas que den vida a la analítica de datos. Cuáles son los puntos neurálgicos, centrales, profundos, que queremos trabajar. En otras palabras, cada vez mas va a ser más importante para las organizaciones encontrar aquellas cuestiones que queremos responder a través de estas herramientas con más y más pericia en su definición para poder capturar todo el potencial disponible. Cuanto más esencial sea, cuanto más preciso sea en mis preguntas y mis hipótesis, más probabilidades tengo de que estas herramientas generen el diferencial que estoy buscando. (En este punto los desafíos a entrar al CHAT GTP y hacer preguntas desde lo más general a lo más particular para que experimenten este concepto en una prueba piloto).
La inteligencia artificial aportará una mirada “especialista” y técnica, que nos permitiría poder focalizar en los aspectos más estratégicos de la organización, creando las preguntas que precisan ser respondidas y las hipótesis que alimenten estas herramientas para encontrar las tendencias que nos permitían priorizar y focalizar nuestros esfuerzos en los aspectos más críticos de la organización.
Como decía el Principito en ese maravilloso libro de Antonio de Saint-Exupery, lo esencial es invisible a los ojos. Sin entender las preguntas raíz que movilizan las transformaciones, que movilizan a las personas, sin hipótesis claras de lo que queremos modificar, la inteligencia artificial es un dato más dentro de nuestro ecosistema. ESE ES NUESTRO VALOR.
Nuestro rol en las organizaciones es cada vez más estratégico, es más profundo y tiene que ver con encontrar esas preguntas claves que nos ayudan a cambiar nuestros ecosistemas, el resto, dejémoslo para IA.
Por Guido Olomudzski, Chief Customer Office - OLIVIA Brasil