La IA no es solo una herramienta; es un cambio de paradigma que redefine cómo trabajamos, interactuamos y tomamos decisiones. A continuación, respondemos a algunas preguntas clave para el momento que atravesamos. Y veamos, de paso, qué dicen los sistemas de Inteligencia Artificial.
La inteligencia artificial (IA) parece haberse convertido en el “tema del momento” en el mundo corporativo. Según Gartner, para 2026, las empresas que hayan adoptado prácticas de ingeniería de IA para crear y gestionar sistemas de IA adaptativa superarán a la competencia en el funcionamiento de los modelos de IA en un 25% como mínimo, en tanto que, para 2028, al menos el 15% de las decisiones laborales cotidianas se tomarán de forma autónoma a través de agentes de IA, entidades de software inteligentes que utilizan técnicas de IA para completar tareas y alcanzar objetivos.
Como si se tratara de un juego de palabras con la película dirigida y protagonizada por Woody Allen en 1972, surgen consultas incómodas, esenciales y, a veces, hasta filosóficas sobre su implementación. También, dudas sobre la IA y preguntas para el debate. Pero, ¿qué pasaría si las organizaciones se atrevieran a preguntar todo lo que necesitan saber para estar listas para esta revolución tecnológica?
En esta columna abordaremos seis preguntas clave sobre la IA. Para hacerlo, probamos un ejercicio singular: además de mis respuestas, sumo las de dos sistemas de IA muy populares: Gemini, de Google, y Copilot, de Microsoft. Veremos en cuánto estamos de acuerdo.
Ciertamente, y a tono con el título de esta columna, la clave para avanzar en esta era no está en ocultar las dudas o asumir que todo es automático (irónicamente), sino en abordar las preguntas difíciles sobre la IA.
1. ¿Estamos preparados para gestionar los sesgos de la IA?
-ÓSCAR: Si la IA es el reflejo de los datos con los que aprende, también lo es de los prejuicios que esos datos pueden contener. Desde una simple recomendación de producto hasta decisiones críticas como la contratación, ¿cómo garantizamos que la tecnología sea imparcial? Más que un lujo, es una responsabilidad ética para las empresas que buscan ser inclusivas y justas.
Realmente la IA refleja que no existe la imparcialidad en la sociedad, hablamos mucho de los sesgos de la IA y nos olvidamos que los que toman las decisiones, los directivos, ¿acaso no tienen sesgos? La solución es entender la IA, generar un comité de transparencia para, por lo menos, comprender qué datos usamos para esas respuestas y que sean coherentes con nuestro “sesgo” organizativo.
-GEMINI: No completamente. Si bien existe una creciente conciencia sobre los sesgos en la IA y se están desarrollando herramientas y técnicas para mitigarlos, aún queda mucho camino por recorrer. Los sesgos pueden surgir de diversas fuentes, incluyendo:
Datos de entrenamiento sesgados: si los datos utilizados para entrenar un sistema de IA reflejan prejuicios sociales existentes, el sistema también los perpetuará.
Diseño del algoritmo: la forma en que se construye un algoritmo puede introducir sesgos, incluso sin intención.
Interpretación de los resultados: los sesgos humanos pueden influir en cómo se interpretan los resultados de la IA.
Para gestionar mejor los sesgos, se necesita:
-COPILOT: Gestionar los sesgos de la IA es un desafío clave. Es crucial implementar procesos para detectar y mitigar estos sesgos, como auditorías regulares y equipos diversos en la toma de decisiones.
2. ¿Contamos con un marco ético sólido para su implementación?
-ÓSCAR: Implementar IA sin un marco ético es como lanzar una película sin guión: puede terminar siendo un desastre. Privacidad, transparencia y responsabilidad deben ser las bases de cualquier estrategia tecnológica. Preguntarse “¿cómo afectará esto a nuestros colaboradores y clientes?” no es sólo ético, sino también una buena práctica a la hora de hacer negocios.
Claramente, este marco ético tiene que buscar un equilibrio entre educar y acompañar a la cultura de la empresa en la adopción de la IA y además velar por su productividad y que no sea un freno. Dentro de este marco, tienen que gestionarse sobre todo la diversidad y el uso con criterio de las nuevas herramientas de Inteligencia Artificial. No debemos olvidar que este marco no es algo aislado, tiene que conectar con las personas y servirles de referencia y apoyo en este proceso de cambio.
-GEMINI: No existe un marco ético global y universalmente aceptado para la IA. Sin embargo, se están realizando esfuerzos a nivel internacional y en diferentes sectores para desarrollar principios y directrices éticas. Algunos principios clave que suelen incluirse son:
Es fundamental que las empresas y organizaciones que implementan IA adopten un enfoque ético y consideren las implicaciones sociales de sus decisiones.
-COPILOT: En cuanto a un marco ético, muchas organizaciones están desarrollando políticas y guías para la IA responsable. La clave es asegurarse de que estos marcos se adapten a la realidad cambiante de la tecnología.
3. ¿Cómo redefinirá los roles dentro de nuestra organización?
-ÓSCAR: La IA puede automatizar tareas, pero también crea la oportunidad de liberar el talento humano para actividades más creativas y estratégicas. ¿Estamos listos para reconvertir habilidades y acompañar a nuestros equipos en este cambio? Si no pensamos en esto hoy, corremos el riesgo de enfrentar resistencia o, peor aún, de desmotivar a nuestros colaboradores.
Una de las claves que muchas veces no se tiene en cuenta es el rol de los líderes, cómo van a gestionar equipos que usen de forma masiva la Inteligencia Artificial. Incluso, parte del equipo puede ser un bot. ¿Cómo evoluciona el modelo de liderazgo basado en la experiencia y el conocimiento cuando ya no es un diferencial? Estas son preguntas que debemos tener en cuenta.
Claramente, la evolución será más hacia la innovación, es decir, orientar a nuestros equipos a poner “apellido” a la IA, responder a la pregunta acerca de para qué la puedo utilizar y encontrar constantemente nuevos retos y oportunidades en su uso. Pasamos de roles reactivos, “dime qué hago y ejecuto”, a roles proactivos que miran dónde poner el foco y mejorar los resultados.
-GEMINI: La IA automatizará ciertas tareas, lo que implicará la transformación de algunos roles y la creación de otros nuevos. Es probable que se demande:
Las organizaciones deben prepararse para esta transformación invirtiendo en la formación y el desarrollo de sus empleados.
-COPILOT: La IA ciertamente redefinirá roles, automatizando tareas repetitivas y permitiendo a los empleados centrarse en trabajos más creativos y estratégicos. Esto también implica una necesidad de capacitación continua para adaptarse a nuevas responsabilidades.
4. ¿Sabemos medir el impacto de la IA?
-ÓSCAR: En el mundo laboral, lo que no se mide no se mejora. Adoptar IA no es solo adquirir software; es demostrar cómo optimiza la eficiencia, la experiencia del cliente o los resultados financieros. ¿Tenemos las herramientas y los indicadores necesarios para evaluar estos efectos? Típicamente, la clave es ir eligiendo casos de uso específicos y comparar cuánto costaba antes (sin IA) obtener estos resultados frente a cuánto cuesta ahora. En estos casos, tenemos que ser realistas y tener en cuenta no solo el proceso, sino cómo queda la toma de decisiones, los riesgos asociados, el coste de adopción y el impacto en nuestra compañía.
Si no medimos correctamente todas las variables, podemos repetir errores del pasado: las pruebas de concepto (POC) nos dan retornos de la inversión (ROI) maravillosos, pero cuando se intentan poner en marcha en una organización son un fracaso.
-GEMINI Medir el impacto de la IA puede ser complejo, ya que depende del contexto y los objetivos específicos. Se pueden utilizar diferentes métricas, como:
Es importante definir indicadores clave de rendimiento (KPIs) relevantes para cada caso y utilizar herramientas de análisis adecuadas para medir el impacto de la IA.
-COPILOT: Medir el impacto de la IA implica no solo evaluar la eficiencia y productividad, sino también considerar aspectos como la equidad, la transparencia y el bienestar de los empleados. Es fundamental establecer métricas claras y revisar continuamente los resultados.
5. ¿Estamos preparados para la adaptación constante?
-ÓSCAR: Si algo define a la IA es su ritmo de cambio vertiginoso. Lo que hoy parece una innovación, mañana puede quedar obsoleto. Entonces, ¿cómo podemos asegurarnos de que nuestra organización sea ágil, flexible y capaz de evolucionar al mismo ritmo?
Desde mi opinión, tenemos que revisar qué cultura organizacional tenemos y si esa cultura es un acelerador o un freno para esta adaptación constante: si es una cultura alineada con la innovación y, como parte de esta, el fallo a través del aprendizaje está bien considerado o si lo penaliza. Dependiendo de esta respuesta, tendremos que poner en marcha algún cambio cultural y lo que ello implica o limitarnos a acompañar los proyectos con una buena gestión del cambio.
-GEMINI: La IA es un campo en constante evolución, por lo que la adaptación continua es fundamental. Las organizaciones deben:
-COPILOT: La adaptación constante es un requisito en el mundo de la IA. Las organizaciones deben fomentar una cultura de aprendizaje y flexibilidad para mantenerse al día con los avances tecnológicos.
6. ¿Estamos dispuestos a cambiar?
-ÓSCAR: Comparto esta analogía: la IA es como el propósito de ir al gimnasio a comienzos de año. En enero, todos quieren empezar, pero muchos abandonan en febrero porque no están realmente dispuestos a cambiar su rutina. De la misma manera, muchas empresas declaran querer adoptar IA, pero se resisten a cambiar procesos, estructuras o hábitos establecidos. La pregunta no es solo si queremos IA, sino si estamos listos para hacer lo necesario para integrarla realmente.
La clave es responder sin autoengaños la pregunta “¿Para qué queremos la IA?” y alrededor de la respuesta analizar los impactos que va a tener en todos los niveles organizativos: nuestros empleados, nuestra cultura, nuestros clientes, y todo el ecosistema de nuestra empresa. Una vez que tengamos la respuesta, el siguiente paso es alinearla a nivel del comité y, a partir de ahí, empezar a comunicarla al resto de la organización, siempre estando dispuestos a escuchar a nuestro ecosistema e ir evolucionando de forma progresiva.
-GEMINI: La adopción exitosa de la IA requiere un cambio cultural y una voluntad real de transformar procesos, estructuras y hábitos. Las organizaciones deben:
En resumen, si bien existen desafíos importantes, también hay muchas oportunidades para aprovechar el potencial de la IA. La clave está en abordar estos desafíos de manera proactiva y responsable, con un enfoque ético y una mentalidad de adaptación continua.
-COPILOT: Estar dispuestos a cambiar es esencial. La apertura al cambio y la disposición a innovar son claves para aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece la IA.
Como en el título de la película de Woody Allen, algunas preguntas pueden generar incomodidad, pero evitar formularlas puede costar mucho más caro. La IA no es solo una herramienta; es un cambio de paradigma que redefine cómo trabajamos, interactuamos y tomamos decisiones.
Así que, ¿por qué no preguntar todo lo que queremos saber? ¿Por qué no explorar esas zonas grises y aceptar que, tal vez, las respuestas nos lleven a caminos inesperados? Porque, al final, en la era de la inteligencia artificial, la valentía de cuestionar puede ser el primer paso para construir un futuro más inteligente, ético y humano.
Por Óscar Velasco, socio de Olivia España.