Estamos ante un momento único en la historia de nuestro país, se acerca fin de año, y los balances estar a flor de piel. Los últimos 15 años hemos logrado empezar a vernos como sociedad desde un lugar distinto, ya que eso es lo que generan los procesos de crisis en nuestras vidas. Ayudan a que veamos quienes estamos siendo y poder actuar sobre eso. Es casi imposible, modificar nuestra cultura sin ser conscientes de la misma.
La conciencia es el acto psíquico mediante el cual una persona se percibe a sí misma en el mundo. Como es en la persona, es en la sociedad, por lo cual, podemos decir que la conciencia colectiva es la capacidad que tiene una sociedad, una organización, un grupo de personas, de verse a sí mismas y cómo interactúan con su entorno.
“El que no llora no mama” dice un famoso tango, y creo que es particular de nuestro nivel de conciencia en la sociedad argentina. Nos guste o no verlo, somos una sociedad de nivel #1, no de primer nivel, sino que llamamos nivel #1 cuando estamos siendo muy poco conscientes y nuestro foco principal es “lo que nos molesta” generando acciones reactivas. Qué significa esto en la diaria?
Pero algo diferente empezó a ocurrir en los últimos meses, y no creo que tenga que ver con la decisión política que se llevó a cabo durante ese mismo plazo. La conciencia colectiva se alimenta de los pensamientos, estados de ánimo que las personas tienen, y cuando estas se manifiestan de igual manera en una población da lugar a que permee de manera más sustentable en una cultura. Cuando hay cambios en la conciencia colectiva, hay mucha movilización, emergen referentes, idealistas con sus grandezas y sus bajezas que son fruto de lo que la sociedad está manifestando. Casi que en estos casos, podemos tener un planteo filosófico sobre que vino antes el huevo o la gallina; que surge antes, los referentes o los cambios, y podemos definir que el proceso tiene a una dinámica espiral. Cuando un porcentaje de la población comienza a pensar de manera diferente, da lugar a emergentes que nuclean esas creencias. Y cuando estas figuras, se manifiestan retroalimentan a la sociedad y más gente se identifica. Lo importante de esto es ver que el cambio se dio en la sociedad. Hoy estamos en la antesala de afianzar nuestra cultura en un nivel #2, ser más conscientes como sociedad. Esto implica:
Y a esta altura, no importa ya si sos K o Anti, Naranja o Amarillo, Del norte o del sur, Todas estas cosas son las que podemos trabajar para evolucionar como sociedad. Cada uno aportando desde su lugar, buscando:
En mi balance de estos 15 años, surge que hemos crecido como sociedad, que hemos sanado heridas del pasado, tapadas, olvidadas pero dolorosas. Somos más conscientes del impacto de la comunicación y la generación de opinión. Somos más conscientes que queremos vivir una realidad distinta, que nos ayudamos entre nosotros para salir adelante. También miro para adelante y creo que en los próximos 15 años, nos encontraremos como sociedad más unidos, haciendo foco en cuestiones más trascendentales, dejando de lado necesidades tan de supervivencia que no nos dejan mirar más allá de nuestro ombligo. Con una cultura sana, evolucionada, más activa con el foco en el bien común, e incluso funcionando de ejemplo, de faro para otros países que busquen un camino similar.
By Hernán Pisotti, socio fundador Olivia
hernan.pisotti@olivia-la.com