Las empresas se encuentran muchas veces navegando entre aguas bravas que obligan al equipo directivo a sujetar con firmeza el timón para sortear los remolinos de la economía, el mercado o la geopolítica. No se trata de mantener el rumbo fijo, sino de saber girar en el sentido y momento adecuado, y con la fuerza precisa.
La travesía empresarial exige una transformación constante, y la gestión de ese cambio requiere contar con las herramientas necesarias y las estrategias acertadas.
Antes se utilizaban métodos rudimentarios, casi remando a ciegas y confiando en que las cosas irían bien. Hoy disponemos de tecnología de navegación capaz de analizar constantemente las corrientes (los datos), identificar los remolinos y rocas ocultas, y ajustar la trayectoria en tiempo real. Así, la travesía resulta más segura y efectiva.
Tecnologías como la ciencia de datos, la computación en la nube o la inteligencia artificial (IA) han abierto un escenario nuevo para las organizaciones. En el caso de la IA generativa, el Foro Económico Mundial estima en 2400 millones de dólares su aportación anual a la economía mundial. Sin embargo, pese a su potencial, estas tecnologías provocan cierta resistencia al cambio, más relacionada con la cultura organizacional, que puede derivar en falta de compromiso o fuga de talento.
Según un informe reciente de NTT DATA, alrededor del 78% de los ejecutivos considera que una mala cultura organizacional obstruye sus esfuerzos de innovación; y lo cierto es que muchas empresas se están asfixiando bajo el peso de su propia cultura.
A través de people analytics se puede detectar qué trabajadores pueden convertirse en agentes del cambio
¿Por qué cuesta tanto adoptar cambios que pueden representar una oportunidad para el negocio? Existen muchos motivos, desde la falta de alineación hasta la carencia de visión sistémica; pero tal vez, la más recurrente sea la desconfianza de los equipos.
La cuestión es cómo llegar al corazón de esas personas para que la compañía pueda transformarse. La vía más eficiente es la gestión del cambio, un componente crítico —muchas veces subestimado— en los proyectos de tecnología.
Se trata de empatizar, preparar, concienciar, formar y brindar apoyo a las personas para que adopten y se adapten al cambio de manera efectiva. Para ello es necesario comprender las complejidades del contexto organizacional, anticipar las posibles implicaciones para los empleados y diseñar un propósito que impulse y entusiasme.
Hoy, gracias a la ciencia de datos, podemos predecir cómo será la adopción del cambio. Existen herramientas de people analytics que ayudan en este proceso y permiten detectar, por ejemplo, qué trabajadores pueden convertirse en agentes del cambio. En lugar de intentar predecir acciones individuales, se analizan las propensiones de cambio y se les asigna una probabilidad, y esta se convierte en el núcleo de la medición.
Cada etapa en la transformación tiene su probabilidad y se mide de manera distinta. Y a lo largo de la implementación se llevan adelante pulsos para poder accionar los ajustes necesarios e ir iterando para navegar por la travesía más directa al propósito compartido. Posteriormente, se pueden identificar áreas de baja alineación y conflictos internos que requieran atención.
El éxito del cambio depende principalmente del equipo que lo gestiona y la tecnología utilizada.
Antes, carecíamos de conocimiento sobre cómo interactúan las áreas dentro de una organización o cómo afecta el movimiento de personal entre departamentos. Por ejemplo, qué implicaciones —en términos de relaciones interpersonales, adhesión a la empresa y eficiencia del equipo— tendría trasladar al director de Innovación a Operaciones.
Hoy, con machine learning podemos analizar, simular y comprender estas variables de manera detallada, determinar su impacto —positivo o negativo— en el éxito del proceso y comprender la propensión del comportamiento futuro.
El análisis de los datos muestra dónde dirigir los esfuerzos en el proceso de cambio. Al igual que una app de navegación, ayudaría a ajustar las estrategias en tiempo real, respondiendo a las necesidades y desafíos que van surgiendo.
El éxito del cambio generalmente suele recaer en los sponsors que lo han impulsado. Pero, en realidad, se debe, sobre todo, al equipo responsable de activarlo, gestionarlo, ejecutarlo e implementarlo. Y la tecnología juega un papel fundamental en todo ese proceso.
Por Gabriel Weinstein, socio director de Olivia.