¿Quién no ha vivido algo parecido? Tenemos una organización que está comenzando a implementar una nueva tecnología para mejorar sus procesos. Inicialmente, parte del equipo directivo se siente muy entusiasmado por esta decisión, pero, con el correr del tiempo, comienza a notar resistencia y dudas entre varios colaboradores incluyendo el management.
En este punto, la gestión del cambio es clave para generar aceptación y motivación. Pero ¿cómo saber si realmente estamos avanzando en la dirección correcta?
En las empresas, el cambio puede ser como un río turbulento que debemos navegar. En el pasado, solíamos remar a ciegas, esperando lo mejor. Hoy, contamos con herramientas avanzadas que nos permiten mapear el terreno, identificar obstáculos y ajustar nuestro rumbo en tiempo real. La medición del cambio organizacional no solo nos ayuda a entender dónde estamos, sino también a prever hacia dónde vamos y cómo podemos mejorar nuestro camino.
Medir el cambio va más allá de rastrear el progreso. Nos permite entender las dinámicas internas y hacer ajustes para garantizar que las estrategias implementadas están funcionando. Las herramientas de análisis de datos y las métricas de rendimiento brindan una visión clara y detallada del comportamiento organizacional.
Por ejemplo, con la ciencia de datos, podemos utilizar people analytics para identificar a los colaboradores con el potencial de ser agentes de cambio, analizar variables organizacionales con precisión y comprender cómo interactúan las diferentes áreas dentro de la compañía. Este nivel de análisis posibilita anticipar reacciones, planificar intervenciones y maximizar el impacto positivo del cambio.
Las metodologías de medición son cada vez más sofisticadas, lo que nos permite asignar probabilidades a las propensiones de cambio en diferentes etapas del proceso. Es decir, podemos evaluar la disposición inicial de los colaboradores a adoptar nuevas prácticas, su desarrollo de habilidades y su aceptación final del cambio, ajustando estrategias.
Imaginemos que al comenzar el proyecto y haber desarrollado el primer diagnóstico de la situación, obtenemos el insight de que la organización cuenta con una preparación alta para el cambio del 79%, lo que significa que las personas están muy preparadas para la transformación organizacional. Además, la herramienta también nos muestra cómo el equipo de proyecto alcanza una ratio del 80% de preparación para la adopción del cambio, lo que indica un alto nivel de confianza y una sólida preparación para el éxito de este proyecto. ¡Hay un ánimo muy positivo hacia la transformación! Sin embargo, a este análisis se tiene que sumar al estudio cualitativo, como entrevistas y focus groups, donde quizás podamos contrarrestar este alto indicador con un frágil optimismo dentro de la organización. A pesar de que el engagement es alto, puede ser que tengan la percepción o falta de conocimiento de cómo les afectará el cambio de manera individual. Este panorama destaca la necesidad de fortalecer la comunicación desde el liderazgo y asegurar el entendimiento en todos los niveles de cómo les afectará la transformación organizacional.
Gracias a estos insights, nos adelantamos a la identificación de problemas que pueden impedir el progreso de la estrategia del proyecto de transformación organizacional trazada más allá de la propia implementación tecnológica... ¿A quién no le suena esta historia?
Por Irene Marqués, socia directora de Olivia México.