Me encanta observar, cada vez que voy a una empresa u organización, qué disposición a la alegría tiene. La metodología es muy simple: ¡observación! Esto nunca falla.

Las personas suelen ser muy transparentes en este aspecto desde el momento en que te saludan; las expresiones en sus rostros, sus miradas, el tono de voz, la comodidad física con el espacio y las palabras que utilizan . Todo es dato de la presencia o no de alegría en un espacio de trabajo.

Algunas personas conciben a la alegría como una característica incompatible con el ámbito laboral, “¡No hay chance que me sienta alegre de tener que ir a trabajar un lunes!” me dicen muchos que conozco. Al mismo tiempo, la respuesta de la mayoría de las personas a la pregunta “¿Cuál es tu mayor deseo en la vida?” es “Ser feliz”. Yo creo que parte de “ser feliz” significa desarrollarse en espacios que promuevan la alegría y que si es posible sentir alegría en el trabajo. De hecho, redoblo la apuesta, proponiendo a la alegría como parte del Top 5 de inversiones que deberían hacer todas las empresas. Enseguida les cuento mis razones.

 

Comencemos con el marco teórico, ¿Qué es la alegría?

Según la Real Academia Española hay 3 conceptos que definen la alegría:

  1. Sentimiento grato y vivo que suele manifestarse con signos exteriores.
  2. Palabras, gestos o actos con que se expresa alegría.
  3. Irresponsabilidad, ligereza.

Llama la atención que el sentimiento grato y vivo, se relacione también con irresponsabilidad y ligereza, ¿No? En este punto es donde creo que se ha dado, hasta ahora, la paradoja entre trabajar y estar alegre. Desde este concepto ¿Cómo permitir que los empleados estén alegres? O bien, ¿Cómo puedo sentirme grato y vivo si tengo que ser responsable y lograr resultados?

“Es no va”, diría mi abuela húngara.

La clave es promover la combinación de responsabilidad y logro de resultados en espacios donde la alegría sea el factor base para que sucedan. Según Shawn Achor en su libro “The Happiness Advantage”, basado en la psicología positiva, la alegría practicada en el aquí y ahora, genera y alimenta el éxito, cambiando el orden en que actualmente se percibe la fórmula como “primero logro el éxito y por ello soy feliz”. De hecho, Achor estima en un 30% el aumento de productividad en espacios de trabajo alegres.

 

¿Cuál es el ROI de la alegría en las organizaciones?

Hay dos resultados medibles sobre los cuales puedo sustentar mi propuesta de promover la alegría en el trabajo:

  • Marketing orgánico: La disposición de acción que surge con la alegría es compartir con otros ese sentimiento y contar las razones de su existencia; hay algo que no podemos contener y queremos contagiar cuando estamos alegres. En este sentido la mejor reputación que puede tener una organización es aquella que los propios empleados generan. Cuando las personas sienten alegría en el trabajo, pueden desarrollar mejor su potencial, su creatividad, sus aptitudes y conocimientos. Esto genera satisfacción, y esa satisfacción es compartida generando un marketing directo que ninguna promotora podría mejorar.
  • Sustentabilidad: Las nuevas generaciones han comenzado a desplegar nuevas ideas, formas de motivarse para elegir sus trabajos o bien para quedarse en ellos, que están transformando el modelo que conocíamos. Entre el sentido de causa, la flexibilidad horaria y el balance entre la vida personal y profesional se encuentra a la felicidad como factor, por encima de la remuneración económica. Los negocios, el éxito, la satisfacción de los clientes, las buenas inversiones, los resultados, todos los logros de una organización tienen que ver con las personas que conforman esa empresa. Si las personas están alegres perdurarán en el tiempo, se enfermarán menos, darán lo mejor de sí y tendrán el compromiso que ningún sueldo pueda lograr.

En la actualidad existen en Estados Unidos empresas especializadas en generar espacios de trabajo alegres, que ofrecen sitios web para calcular el ROI de la alegría donde los parámetros de medición incluyen la salud de los empleados, las ausencias y la productividad, entre otros

¡Entrenemos a nuestras organizaciones para ser más alegres!

Luego de investigar varias fórmulas para la alegría, y tomando los consejos del Sr. Achor para encausar la positividad en las personas, resumí en “Las 4 As” mis propuestas para entrenar la alegría en los espacios de trabajo.

  1. Agradecimiento: Realizar 3 agradecimientos públicos semanales.
  2. Acercamiento: Promover espacios donde se debatan temas de interés general.
  3. Actividad: Ofrecer una variedad de actividades físicas con una periodicidad establecida.
  4. Asombro: Sorprender a los empleados con beneficios inesperados.

Creo que el mayor desafío es entrenar la mirada con la que se observa el factor de la alegría. Entender que acompañar a las personas a que desarrollen sus habilidades en espacios alegres, potencia cualquier resultado y pone a tono a una organización con una nueva filosofía que, a mi entender, es imparable: la filosofía del bienestar.

 

By Solange Abraham, Consultora OLIVIA

 

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