Nos encontramos en la recta final del año y, como dice la famosa canción de Mecano, se acerca el tiempo de hacer balance de lo bueno y malo. Como responsables de negocios, ¿han aplicado iniciativas de transformación e innovación en sus organizaciones? En el caso de que ya estuvieran en marcha, es momento de evaluar su efectividad y medir su impacto. De lo contrario, si no se mide es difícil avanzar y es probable que los resultados no cumplan las expectativas.
El paradigma de tener “mucha iniciativa y poca ‘acabativa’, como suele decirse coloquialmente en México, es común en muchas organizaciones. ¿Cuántas iniciativas se han emprendido y cuántas han llegado a buen término? Este interrogante nos lleva a considerar qué tanto se ha avanzado, cuál ha sido la rigurosidad, cómo se han realizado estos procesos y si existe una metodología clara.
La compleja coyuntura actual, marcada por eventos globales como nearshoring, los conflictos bélicos y geopolíticos, subraya la necesidad de una constante adaptación y recalibración por parte de quienes toman decisiones en sus organizaciones.
Sin embargo, muchas veces la mayor demanda de responsabilidades y tareas diarias, pueden dificultar la generación de espacios que fomenten el análisis y la divergencia necesaria entre los equipos para alinear y alcanzar resultados diferentes.
Por eso, es clave que las empresas se acostumbren a convivir con desafíos, priorizando de manera metódica aquellos retos que requieren un enfoque diferente para dirigir los esfuerzos de manera alineada a las soluciones que generen el impacto deseado.
Para lograr esta claridad y poder evaluar y medir las iniciativas, la metodología de Creative Problem Solving (CPS) junto al uso de analítica de datos (Inteligencia Artificial y Machine Learning) es una brújula que acelera las rutas. A través de siete pasos, se apoya en un balance dinámico entre pensamiento divergente y convergente que convierte las ideas en soluciones y las soluciones en resultados medibles.
Cualquier organización puede aplicar esta forma de trabajo entre sus managers y equipos, para su implementación solo se necesita tener en cuenta las "4 Ps de la creatividad": Persona, Place (clima), Proceso y Producto:
- La persona juega un rol fundamental, dado que es necesario contar con facilitadores de innovación y equipos multidisciplinarios con una actitud abierta hacia los retos.
- El clima es esencial, proporcionando un espacio de confianza propicio para la comunicación abierta que lleva a nuevas perspectivas y a conexiones de nuevas posibilidades.
- Es clave contar con una metodología clara y definida que guíe desde la correcta identificación del problema hasta la ideación y la implementación.
- Finalmente, el producto, los atributos que logran y hacen algo creativo.
Es esencial que los líderes de negocios comprendan la importancia de adoptar un enfoque ambidiestro. Si bien es necesario continuar con las operaciones diarias, también se debe invertir en el desarrollo de potenciar a los equipos empoderando a cada persona, aprovechando lo más valioso de cada una gracias a su experiencia e ideas. A la vez, este involucramiento se refleja en un mayor compromiso y menor rotación en los equipos.
Al reflexionar sobre el año que concluye, recordemos que la creatividad es una habilidad innata. En algunos talleres pregunto a la gente quién se considera creativa, curiosamente muy pocas personas levanta la mano, incluso siendo muy jóvenes, la respuesta más común es “depende en qué área”.
Pero debemos potenciar que la creatividad se aplica en cada ámbito de la vida y en cada momento. Cuanto más la ejercitemos, como ocurre con un músculo, más efectivos seremos en encontrar soluciones que aceleren la transformación.
El cierre de ciclo de fin de año, no solo debe ser una evaluación de logros, sino también una plataforma de análisis para trazar el camino hacia un futuro más innovador y transformador. Al adoptar metodologías, las organizaciones pueden medir resultados con el seguimiento de los equipos a sus iniciativas logrando “acabativas”, asegurando un balance positivo que nos permita brindar y celebrar un año más.
Por Irene Marqués, socia de OLIVIA México