26-07

Hoy en el mundo hay cada vez mas conciencia de lo que implica la Sostenibilidad, pero estos principios tienen tratamiento diferente de acuerdo a la geografía y niveles de desarrollo.

La sostenibilidad nos invita a pensar en un nuevo modelo de Economía, donde la rentabilidad, los aspectos sociales y el cuidado del planeta van en el Bottom Line Corporativo y nos interpela desde la ética de los negocios.

En este sentido, los Bancos, los grandes inversores, las Fintech y todos los jugadores del Ecosistema Financiero, tienen un lugar muy relevante como catalizadores de cambios.

Por su rol en el juego de los proyectos financiables y demás instrumentos, hay un espacio de conversaciones y desafíos indispensables en este momento de la Humanidad, que generarán muy buenas oportunidades.

El mundo requiere de jugadores mucho más valientes y conscientes, que incorporen en sus agendas y objetivos estas temáticas en profundidad, y aquí seguramente aparecerán “Nuevos Dineros”, donde con una mirada responsable hacia lo que da origen al fondeo y a las inversiones, exista más transparencia para la sociedad.

Hoy existen propuestas en el Mercado mundial y local,  que favorecen y ponen a disposición alternativas de financiamiento para empresas de la “nueva economía”, pero los indicadores de riesgo y retorno son muchas veces, los mismos que se utilizan para los modelos convencionales, existe un desafiante camino por recorrer para que los mecanismos de análisis se adapten a las Inversiones de impacto.

Los reguladores e inversores ya comienzan a prestar una especial atención a la cartera de proyectos a financiar e influirán positiva o negativamente en el potencial de lograr créditos para proyectos.

Los plazos de retorno de las inversiones en Empresas y proyectos sociales o ambientales son distintos a los que habitualmente se visualizan para inversiones convencionales. Pensar en 3 a 5 años es muy corto, las evaluaciones deben contemplar un repago en mucho mas tiempo.

Aparece aquí la necesidad de pensar en nuevos modelos de contratos y regulaciones que aceleren y que permitan “calzar” y entender las posibilidades de pago, será fundamental pensar en aprovechar las clasificaciones Taxonómicas existentes y generar nuevas, para el análisis de riesgos basadas en el uso intensivo de las Ciencias.

Los instrumentos comunes en el mundo son:

Fondos de Inversión específicos, Bonos verdes y sociales, Préstamos para emprendimientos Sociales y Ambientales, pero para su evaluación continúan en general, los patrones convencionales de evaluación. Falta un alineamiento entre los modelos financieros aplicables y la realidad de estos emprendimientos, donde muchas veces se muestran etiquetados para lo que se denomina el “Green washing”, pero continuamos como siempre.

Hay oportunidades en desarrollar muchos más Bonos alineados a los ODS de Naciones Unidas, Préstamos de pagos por resultados de manera integral, entre otros, dado que en el mercado internacional la demanda supera ampliamente la oferta para este tipo de desafíos.

La solución vendrá de un proceso de articulación Público-Privado, donde el rol de los Bancos Centrales y los demás reguladores será fundamental en generar modelos viables.

Todavía hay mucha logística innecesaria, mucho “desperdicio” financiero en el sentido de tasas inviables, papelería, documentación multiplicada, desconocimiento de clientes de bajos ingresos, personas fuera del sistema, silos internos que no permiten una real economía circular para sacar lo mejor de las estructuras propias de las entidades.

El “Nuevo Dinero” vendrá de mayor transparencia, de riesgos que requieren una interpretación sistémica, de financiamiento e inversiones en proyectos sustentables de distintas escalas y del aprovechamiento integral de los recursos.

En Latinoamérica hay un gran potencial para liderar procesos Innovadores, fundamentalmente porque existen a nivel casi desconocido para la opinión pública, proyectos sociales y ambientales increíbles, hoy se están dando los primeros pasos pero falta muchísimo.

Las Finanzas Sostenibles comienzan desde el ser humano, las organizaciones y la comunidad en un funcionamiento interdependiente de Creación de Valor Compartido, a partir de nuevas formas de hacer las cosas y colaborando en red.

Necesitamos liderazgos valientes que entiendan a las Finanzas dentro de su rol de construcción de una nueva economía y un planeta viable para las generaciones.

Por Gustavo Federico Gómez, director asociado en Sostenibilidad de OLIVIA.

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