Qué pueden aprender los equipos directivos del deporte profesional.
La gestión en las organizaciones suelen encontrar analogías en el liderazgo deportivo. Pero, ¿qué pasa cuando dejamos de usar el fútbol como anécdota y lo miramos como espejo real?
No es casualidad que el fútbol aparezca cada vez que hablamos de trabajo en equipo. Tampoco lo es que la imagen de 11 jugadores abrazados antes de un partido, como la que citó Horacio Marin, presidente y CEO de YPF, inspire a líderes de negocio. Esa escena tiene algo poderoso: representa una causa común. La convicción de que, aunque no se cuente con los mejores jugadores, si hay un equipo alineado, es posible hacer historia. Como Platense campeón.
Pero, ¿hasta dónde sirve la analogía entre equipos deportivos y equipos directivos? ¿Estamos hablando realmente de lo mismo?
En este artículo, basado en el episodio “Equipos deportivos vs. equipos directivos” de Whisky Stories, nos sumergimos en una comparación que va mucho más allá de la metáfora. Porque, si bien el deporte profesional y el management corporativo comparten la lógica de trabajar en equipo por un objetivo común, también presentan diferencias estructurales que nos obligan a repensar el rol del liderazgo empresarial, la estrategia y la ejecución. La línea de cal —ese límite simbólico entre diseñar el juego y jugarlo— se vuelve clave para entender cómo construir equipos verdaderamente alineados, resilientes y con capacidad de transformación.
Roles, autoridad y estrategia: una diferencia clave
Los equipos deportivos y los equipos directivos comparten la idea de cooperación orientada a un objetivo común. Pero hay diferencias profundas en cómo se organiza la autoridad y en cómo se ejecutan las decisiones.
En el deporte, el director técnico, o DT, es quien define la estrategia. Está afuera del campo de juego, observa con perspectiva, decide cambios de táctica y de jugadores. El capitán, en cambio, lidera dentro del juego, empuja, ordena y representa al equipo. Son roles distintos, pero complementarios.
En el mundo corporativo, muchas veces el CEO se confunde con el capitán. Se mete en la cancha, interviene en cada jugada, hace, en otras palabras, micromanagement. Cuando esto pasa, pierde la perspectiva. Pierde el rol de custodio de la estrategia. Es decir, cruza la línea de cal.
La línea de cal —esa franja que separa al técnico del juego en sí— se presenta como una metáfora poderosa, que nos obliga a preguntarnos: ¿Desde dónde lideramos? ¿Estamos jugando el partido o diseñando la estrategia? ¿Estamos ordenando el equipo según sus capacidades o tratando de hacerlo todo solos?
La línea de cal también nos habla de perspectiva. Desde fuera del campo, se ven mejor las dinámicas, los errores, las oportunidades. Desde adentro, muchas veces se pierde la visión general. Por eso es tan relevante que quien lidera la estrategia no se mimetice con la ejecución diaria. De lo contrario, no solo se confunden los roles: también se empobrece la mirada estratégica.
Tres aprendizajes para equipos directivos
Dejar de usar al fútbol como simple workshop y empezar a tomarlo como una referencia real puede ayudar a redefinir prácticas de liderazgo empresarial. Estos son algunos aprendizajes clave:
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Separar claramente el diseño de la estrategia de su ejecución. El CEO debe mantenerse fuera del campo, sosteniendo la visión global. Cuando se convierte en ejecutor, debilita su propio rol.
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Crear espacios de vestuario. El vestuario no tiene línea de cal: es donde todos son pares. Las reuniones de comité ejecutivo pueden cumplir esta función si se genera la intimidad y franqueza necesaria para debatir sin jerarquías. Es ahí donde se gesta la confianza, la discusión genuina y la posibilidad de ajustar la estrategia entre iguales.
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Impulsar una mirada transversal. En la cancha (y en la empresa), no alcanza con ser excelente en tu posición. Hay que tener una visión del conjunto, salir del silo y alinear esfuerzos a una estrategia común. Eso implica subir la mirada, entender el todo y no solo la parte. En definitiva, jugar en equipo también es pensar en equipo.
Liderar es saber correrse
Un buen técnico no solo hace buenos cambios. También sabe cuándo no jugar el partido. Sabe cuándo un jugador necesita salir, incluso si es el más brillante del plantel. Sabe cómo adaptar la táctica a las capacidades disponibles. Y, sobre todo, sabe construir un sistema de juego.
El mejor DT no es quien grita más fuerte desde la línea, sino quien modela un sistema coherente y sostenible, donde cada jugador entiende su rol, su valor y cómo aportar al conjunto. Ese sistema de juego es lo que permite a equipos sin grandes nombres superar a planteles con estrellas. Porque no se trata de sumar talentos, sino de crear sinergia.
En las organizaciones, el rol del CEO no puede ser estático. Hay momentos para involucrarse, sí. Pero si ese involucramiento se vuelve constante, asfixia al equipo, debilita la estrategia y genera desorientación. A veces, las decisiones más importantes no pasan por entrar al campo, sino por decidir quién entra, quién sale y cómo jugar.
El CEO como DT tiene que asumir la complejidad de tomar decisiones difíciles: sostener una estrategia cuando el resultado parcial es adverso, apostar por un talento emergente frente a un perfil consolidado, o modificar la táctica para aprovechar mejor las capacidades reales del equipo. La clave está en combinar visión, escucha y coraje.
¿De qué lado de la línea de cal estás?
Por eso, este episodio de Whisky Stories es una invitación a reflexionar: ¿de qué lado de la línea de cal estás? ¿Estás jugando el partido, haciendo microgestión, atrapado en la urgencia? ¿O estás liderando con perspectiva, diseñando el juego, haciendo que otros jueguen mejor?
Liderar implica elegir el lugar desde el cual se construye el futuro. A veces es necesario entrar al vestuario, escuchar, ajustar, planear. Pero si no volvés a la línea de cal para ver el todo, tu equipo corre el riesgo de jugar sin dirección. Y en los negocios, como en el deporte, eso se paga caro.
La cancha está marcada. El partido ya empezó. ¿Cuál es tu próximo movimiento?
Te invitamos a ver el episodio “Equipos deportivos vs. equipos directivos” de Whisky Stories, en nuestro canal Olivia Play en youtube, donde profundizamos en estas reflexiones sobre la coherencia organizacional y sus implicancias para el liderazgo efectivo.
Por Ezequiel Kieczkier, CEO y socio fundador, y Alberto Bethke, socio fundador de la consultora OLIVIA.