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Sorprende el nivel de desconocimiento que aún genera el alcance del cambio que requiere el tránsito hacia una dimensión organizacional cuyo ámbito es también el digital. Para ampliar el horizonte, cuatro conceptos y un check-list.

¿Ya implementaste TEAMS? ¿Estas usando ZOOM para las reuniones? Tienes estadísticas de los contactos de tu fuerza de ventas desde tu CRM? Puedes ver los informes de despachos desde tu ERP? 

¡Perfecto! Ya hiciste tu transformación digital…. ¿O no?

Muchas empresas están hablando de cómo, en este último año, han avanzado en su transformación digital. Y, desde mi punto de vista, están erradas. Estamos viendo como herramientas digitales avanzan a paso firme en el día a día de nuestras tareas. Sin embargo, eso está lejos de ser una transformación digital.

Una organización con un alto grado de madurez digital tiene una hoja de ruta, un gobierno y un presupuesto establecidos para sus iniciativas digitales. Tiene equipos de trabajo que mutan en el tiempo y que están a cargo de la implementación de varios proyectos digitales a la vez. Ahora, si adicionalmente la organización tiene un mind set de “Digital First”, es decir: todo lo que hacemos se basa en lo digital en la medida de lo posible y la cultura se basa en pilares digitales que componen el corazón de la operación y no solo una alternativa más, estamos hablando de una verdadera transformación digital.

Una de las preguntas de partida para iniciar el camino hacia la transformación digital es saber medir nuestra madurez digital. Para ello, tenemos cuatro grandes áreas de la organización que debemos analizar. En base a ese análisis, sabremos en qué lugar del viaje nos encontramos para, a posteriori, establecer una estrategia digital.

1.Negocio: Aquí debemos revisar la visión, los presupuestos y las estrategias digitales. Si la alta dirección no está alineada con esto, el camino se nos hará muy cuesta arriba y sólo se logrará avanzar en el nivel de digitalización; pero no en el proceso de transformación digital.

2.Productos y servicios: Esta área apuntala y define el éxito de nuestra oferta en lo digital. Para poder dimensionarlo conviene preguntarse: ¿Cómo es nuestra propuesta de valor a nuestros clientes? ¿Cómo nos relacionamos con ellos?

3.Arquitectura organizacional: Se trata de revisar cómo trabajan nuestros equipos; cómo están estructurados y operando nuestros procesos. Además, cómo está considerada nuestra infraestructura. ¿Logra ser un apoyo en el día a día?

4.Cultura: Este es uno de los ámbitos que menos se trabaja, pero que debería estar el centro de nuestro accionar. ¿Por qué? Porque define cómo lideramos nuestra organización hacia ese nuevo mundo. Entonces: ¿Tenemos un estilo de liderazgo digital? ¿Hacemos gestión del talento digital? ¿Como son nuestras formas actuales de trabajo?

Lograr ordenar y canalizar estas cuatro áreas de la organización en torno a la digitalización nos va a llevar hacia una verdadera transformación digital. De esta forma, podremos repensar no solo parte de nuestro modelo de negocio sino de cómo se hacen las cosas en nuestra organización y cómo sacar provecho de las herramientas digitales disponibles.

Para facilitar el primer paso, el siguiente check-list nos permitirá evaluar siete ámbitos adicionales que permitirán “setear” parte del mindset digital que requiere el proceso:

¿Cuánto me importa que las personas que trabajen conmigo estén en mi misma ciudad, país o zona horaria?

¿Tengo un presupuesto para investigación y desarrollo de herramientas digitales para mejorar mi negocio?

¿Estoy haciendo análisis de escenarios futuros para ver como se mueven las fuerzas de la tecnología en pos o contra mi negocio?

¿Estoy preocupado de la seguridad e infraestructura digital de mi organización?

¿Tengo una propuesta de valor que asume lo digital como la base del proceso?

¿Tengo consciencia de la “experiencia” digital de las personas que interactúan con mi organización?

¿El trabajo en mi organización se desarrolla de forma flexible, colaborativa, y con un liderazgo que apoya lo digital?

El check-list nos permitirá empezar a dimensionar cuánto nuestra organización está encaminada hacia la transformación digital. Si nuestra respuesta a varias de sus preguntas es “no”, o “no sé”, habremos estado implementando hasta ahora únicamente las herramientas digitales. Y eso no es equiparable a una transformación digital.

 

Por Marcelo Blechman, socio OLIVIA

 

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