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Más allá de los tabúes: cultivando conexiones humanas en el mundo laboral

Post pandemia, las organizaciones necesitan más que procesos eficientes: necesitan líderes capaces de construir comunidades donde las relaciones humanas sean el eje central.

En las “Whisky Stories” de Olivia, un espacio donde reflexionamos sobre las tendencias que moldean el futuro organizacional, abordamos un tema tan desafiante como inspirador: amor, sexo y amistad en la oficina. Lejos de los tabúes, exploramos cómo los vínculos humanos pueden ser una fuerza transformadora en el ámbito laboral.

La pregunta de fondo es esta: ¿qué tipo de relaciones estamos fomentando en nuestras organizaciones? Desde el amor y la amistad hasta los vínculos románticos, cada relación tiene el potencial de enriquecer –o dificultar– nuestra vida laboral. Sin embargo, si hay algo evidente, es que el trabajo no puede despojarse de su dimensión humana.

El escritor y motivador británico Simon Sinek lo dice con claridad: “Las personas con amistades cercanas son más saludables, manejan mejor el estrés y viven más tiempo”. En el ámbito laboral, esta idea cobra una relevancia especial. Las amistades en el trabajo van más allá de lo transaccional. Nos conectan con los demás desde un lugar de confianza y empatía, y eso tiene un impacto profundo en cómo colaboramos y nos desempeñamos.

Esas relaciones que surgen entre proyectos y pausas para el café no son algo menor. Son la base de equipos más unidos y genuinos. Porque cuando confiamos en alguien, no solo nos importa su rendimiento profesional; nos importa su bienestar. Esa confianza se convierte en un combustible poderoso que trasciende lo individual y fortalece al equipo en su conjunto.

Muchos tuvimos la fortuna de tener compañeros de trabajo (convertidos luego en amigos) a quienes les confiaríamos nuestras preocupaciones más profundas. Esa es la magia de la amistad en el trabajo: una conexión que prioriza a la persona sobre el rol, que enriquece el día a día y nos ayuda a enfrentar cualquier desafío con mayor fortaleza.

Cuando hablamos de amor en la oficina, no nos referimos únicamente a relaciones románticas, aunque estas también pueden tener un lugar siempre que se den desde el respeto y el consentimiento. Hablamos del amor como una forma de cuidado y conexión humana. Este tipo de amor se traduce en empatía, en querer lo mejor para el otro, en colaborar con entusiasmo porque nos importa genuinamente el éxito compartido.

Incluso las dinámicas románticas –o la simple seducción– pueden, en ciertos casos, potenciar la creatividad y la motivación. Sin embargo, el verdadero desafío no está en delimitar estas relaciones, como ocurría hace años o puede ocurrir todavía en algunas empresas, sino en crear un entorno donde todos los vínculos, ya sean de amistad, compañerismo o atracción, se den dentro de una cultura de respeto y autenticidad.

Líderes que construyen vínculos

El rol del liderazgo en clave. Durante años, se fomentó la idea de separar la vida personal de la profesional con una especie de “muralla emocional”. Pero la realidad es que somos personas completas, con emociones, deseos y necesidades, y llevamos toda nuestra humanidad al trabajo.

Un líder que fomenta estas conexiones ayuda a humanizar el ambiente laboral. Mostrar vulnerabilidad, compartir emociones y crear espacios de diálogo genuino son formas de abrir la puerta a vínculos más profundos

La pandemia alteró la forma en que trabajamos y nos relacionamos. El trabajo remoto, aunque lleno de ventajas, dificultó la creación de comunidades sólidas. Ver a alguien solo de la cintura para arriba en una videollamada no es lo mismo que compartir un café o una charla espontánea en el pasillo.

Hoy, mientras muchas organizaciones transitan hacia modelos híbridos –con semanas divididas entre oficina y teletrabajo–, el desafío está en reconstruir esos lazos que se debilitaron durante la virtualidad. Necesitamos espacios que inviten a conectar más allá de las tareas laborales, que permitan recuperar lo que hace único al trabajo presencial: la oportunidad de construir relaciones humanas plenas.

Las oficinas, cuando se diseñan con este propósito, pueden convertirse en verdaderos centros de comunidad. After offices, actividades colaborativas, reuniones informales y momentos compartidos son estrategias que, bien implementadas, generan entornos más saludables, felices y productivos.

Comunidades que trascienden

En última instancia, el objetivo no es solo alcanzar metas o maximizar resultados: es construir una comunidad. Una comunidad que valore tanto las similitudes como las diferencias, que entienda que el respeto y el cuidado mutuo son las bases para un éxito sostenible.

En Olivia creemos en liderar con humanidad. Fomentar el amor, la amistad y la confianza en las organizaciones es una inversión en el futuro. Post pandemia, las organizaciones necesitan más que procesos eficientes: necesitan líderes capaces de construir comunidades donde las relaciones humanas sean el eje central. Como dijo Sinek, “la amistad es el mejor truco que tenemos para enfrentar cualquier desafío”. En el trabajo, como en la vida, ese truco puede marcar toda la diferencia.

¿Estamos preparados para liderar con amor y construir vínculos más humanos? La respuesta está en nuestras manos. El desafío no es fácil, pero sí necesario. Al final, somos personas que trabajan con personas, y esa simple verdad es la clave para un futuro laboral más humano y brillante.

Por Ezequiel Kieczkier, CEO y socio fundador, y Alberto Bethke, socio fundador de la
consultora OLIVIA.


Te invitamos a ver el episodio"¿Amor o SX en la oficina?"  de Whisky Stories en nuestro canal Olivia Play.

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