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Innovar o estancarse: el dilema de las empresas

Todos entendemos que la innovación nos abre el camino al futuro. Sin embargo, muy pocos estamos dispuestos a tomarla en serio. Cinco obstáculos que nos frenan a la hora de innovar. Cómo sortearlos.

Hace poco, un cliente me sorprendió al revelar que en su empresa había 82 nacionalidades. En lugar de simplemente felicitarlo por la diversidad, destaqué el potencial innovador que esto representa. La diversidad es, sin duda, un pilar fundamental para la innovación, siempre que se fomente un entorno donde esas 82 voces sean escuchadas y valoradas.

En una época en la cual la innovación volvió a estar en el top of mind de cualquier ejecutivo, resulta paradójico el escaso avance real. Por eso, los invito a reflexionar sobre cómo podemos transformar nuestras intenciones en acciones concretas.

Las excusas para no innovar

Si bien la gran mayoría de nosotros sabemos que la innovación es el motor del futuro, ¿cuántos realmente la abrazamos? En cada encuentro con empresarios, me sorprendo al escuchar una nueva excusa para postergarla: falta de tiempo, la comodidad del statu quo, el miedo a arriesgar un negocio próspero o la supuesta inoportunidad de la crisis. Parece que somos expertos en evadir la realidad: el tiempo, ese recurso que creemos tener de sobra, es precisamente lo que se nos escapa entre las manos. La innovación no es un lujo, sino una necesidad para sobrevivir y prosperar. Y las excusas que nos contamos son solo eso: excusas. Los siguientes cinco puntos grafican por qué. 

 

1. La opción segura no existe
Innovar es convivir con la incertidumbre y la inseguridad de no saber de antemano si un camino o un cambio nos llevará a buen puerto. La primera regla es entender que la opción segura para innovar no existe ni debería existir. Una buena idea puede fracasar por múltiples razones: un mal momento, una estrategia de marketing deficiente, un modelo de negocio inadecuado u otros factores. La idea innovadora es un concepto que se va perfeccionando. Puede venir de diferentes lugares o surgir como un “colateral”. Esto significa que no hay un único camino ni una sola forma de generar innovación. A veces, las ideas más revolucionarias llegan demasiado pronto, abriendo nuevos mercados, pero beneficiando más a quienes las adoptan después. El fax es un ejemplo perfecto: concebido por inventores visionarios británicos y perfeccionado por los alemanes Arthur Korn y Rudolf Hell, y el francés Édouard Belin, fue catapultado al éxito por la visión japonesa.

¿La razón? El fax les resultaba útil para transmitir escritos realizados en ideogramas, tecnología que luego supieron escalar a todo tipo de escritos.

La clave no está en buscar la idea perfecta, sino en cultivar un ecosistema de ideas. La innovación es un proceso continuo, un ciclo de experimentación y aprendizaje. Sabiendo que la seguridad es una ilusión, el camino a seguir es claro: empezar con pasos pequeños, aprender de cada experiencia y hacer crecer esos aprendizajes de forma constante.

  • 2. El mercado nunca está listo

Un error común en la innovación es intentar predecir el futuro con estudios de mercado a 10 años. Asumir que el mercado esperará pacientemente mientras analizamos cada variable y preparamos el terreno es una fantasía. La realidad es que el mercado es dinámico e impredecible.

Las grandes innovaciones nunca surgieron de encuestas de satisfacción. ¿Se imaginan a Jeff Bezos preguntando si había suficiente demanda para una librería online? Amazon nació de la visión de Bezos de aprovechar los nuevos hábitos de consumo que surgían con Internet, a pesar de la incertidumbre.

Elon Musk es otro visionario que desafió las convenciones. Creó empresas como PayPal, Tesla y SpaceX, apostando por ideas disruptivas y construyendo la cadena de valor necesaria para convertirlas en negocios exitosos.

La segunda clave para un mindset innovador es entender que el mercado no espera, porque no puede. Subestimar la capacidad de adaptación de las personas es un error. Somos seres de costumbres, sí, pero también curiosos y abiertos a nuevas experiencias. Los ejemplos de Amazon y Tesla demuestran que, cuando se presenta una propuesta innovadora, la respuesta suele ser: “Interesante, ¿por qué no se me ocurrió antes?”. Si gestionamos bien las expectativas, los clientes nos acompañarán en el viaje.

3. Innovación significa soltar

El éxito puede ser el mayor obstáculo para la innovación. Cuando un negocio prospera, la inercia nos lleva a aferrarnos a la "vaca lechera", creyendo que el mercado siempre recompensará lo que hemos sido. Esta mentalidad se extiende a nuestros procesos, hábitos y cultura organizacional, creando una resistencia al cambio.

Para innovar, debemos desafiar el statu quo, cuestionar lo obvio y abrirnos a nuevas ideas. Esto implica dejar de lado el control y abrazar la incertidumbre, transformando el “riesgo” en “oportunidad”.

¿Significa esto sacrificar nuestra “vaca lechera”? No necesariamente. Se trata de redefinir su papel, aprovechando la estabilidad que nos brinda para explorar nuevas fronteras. Mientras generamos ingresos, debemos crear espacios para cuestionar todo, incluso lo que parece incuestionable. 

Es un trabajo arduo e incómodo, pero la alternativa es la obsolescencia. Kodak es un ejemplo trágico de aferrarse al pasado, mientras que Netflix personifica la adaptabilidad constante. Desde el alquiler de DVDs hasta el streaming y la producción de contenido original, Netflix revolucionó la industria del entretenimiento al desafiar continuamente su modelo de negocio.

 

  • 4. Innovación requiere darle lugar a la diversidad 

La innovación no es producto de una sola mente, sino del encuentro de diversas perspectivas. Nuestras organizaciones deben ser el escenario donde convergen estas ideas. Como mencioné al inicio, la diversidad de nacionalidades es un ejemplo perfecto. Reunir personas con diferentes mentalidades nos permite derribar barreras y generar nuevas ideas. Esto implica fomentar la diversidad de género, cultural y de habilidades.

La innovación no tiene un dueño único, y tampoco florece en el aislamiento. Requiere el choque constructivo de ideas, la colisión de puntos de vista. La diversidad enriquece el pensamiento, pero necesita libertad para expresarse. Steve Jobs lo expresó magistralmente: “No tiene sentido contratar a gente inteligente y decirles qué hacer. Contratamos a gente inteligente para que nos digan qué hacer”.

  • 5. Innovación no puede ser excusa, tiene que ser una causa

La innovación no es un juego de apariencias. Intentar innovar por imitación, por presión externa, por cumplir o, peor aún, por desesperación, es una receta segura para el fracaso. La verdadera innovación nace de la convicción, de un compromiso genuino con el cambio, mucho antes de que la crisis nos obligue a actuar.

La innovación es un viaje incómodo, un desafío constante que exige valentía y perseverancia. Como en el fútbol, no se “hace de taquito”. Requiere de un esfuerzo sostenido, un entrenamiento continuo.
La innovación no tiene fecha de caducidad. Es un proceso constante. De lograrlo, nuestra empresa terminará marcando las reglas del mercado. Observemos la industria automotriz: mientras los gigantes debatían sobre la transición a la tecnología eléctrica, Tesla irrumpió en el mercado, demostrando que la innovación no espera a nadie.

 

Como líderes, somos responsables de ayudar a nuestras compañías a mantener el espíritu de Schumpeter. Debemos ser los primeros en transmitir a nuestro equipo que lo urgente no puede tapar lo importante. Y lo importante es movernos, evolucionar. 

El primer paso es entender que se trata de un proceso que se inicia  en nuestras mentes. Es también allí donde se esconden sus mayores barreras. Generar la innovación no es una cuestión de presupuesto, tecnología o de mentes brillantes. Es una cuestión del espacio mental que sepamos darle, tanto en la gestión como en lo operativo. Es un mindset que nos permite generar una nueva cultura: la cultura de la innovación. ¿Suena naif? Sólo para aquellos que siguen creyendo que la invención de la rueda fue una casualidad.

 

Por Alberto Bethke, socio fundador de Olivia

 

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