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La diversidad laboral mejora el ambiente de trabajo, fomenta la creatividad y la innovación y fortalece la reputación de la empresa, al demostrar un compromiso con la responsabilidad social y los derechos humanos. La interacción de diferentes perspectivas, ideas y soluciones proporcionan una mayor riqueza de enfoques para abordar problemas y desafíos.

Por ello, las empresas que aplican la DEI pueden comprender, adaptar y satisfacer las necesidades y preferencias de una amplia parte de la población, consiguiendo un crecimiento en sus ingresos. En este artículo, damos claves para implementar una estrategia de DEI efectiva.

La diversidad, la equidad y la inclusión (DEI) son elementos que están redefiniendo la cultura empresarial para fomentar un entorno más equitativo y respetuoso tanto en la sociedad como en las empresas.

Su implementación puede generar un impulso en el crecimiento del negocio y un impacto positivo en el clima laboral y el bienestar de las personas, por lo que es fundamental establecer una agenda estratégica para abordar estos temas de manera efectiva.

Sin embargo, a pesar del aumento de la conciencia social sobre la DEI, el avance es lento. Según un informe del Foro Económico Mundial, se prevé que la brecha económica de género tardará 151 años en cerrarse, mientras que los equipos ejecutivos necesitarán al menos 29 años para lograr la paridad de género y 24 años para la igualdad étnica. Y no hay datos suficientes para calcular las brechas en equidad racial, LGBTIQ+ e inclusión de personas con discapacidad.

Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) revela que las empresas que promueven la diversidad de género y la cultura inclusiva en su gestión obtienen mejores resultados financieros y de rendimiento que las que no lo hacen.

Por ejemplo, las empresas con iniciativas de diversidad de género aumentan sus beneficios hasta un 20%, mientras que las que tienen una cultura inclusiva en materia de género mejoran su rendimiento empresarial en un 9%.

Asimismo, el informe desvela que la exclusión de las personas con discapacidad puede representar unas pérdidas de hasta un 7% del PIB de un país. La situación de este colectivo en el mercado laboral es muy precaria, especialmente en América Latina, donde casi el 73% están desempleadas y un 48% considera su discapacidad como la principal dificultad para conseguir empleo.

La diversidad laboral mejora el ambiente de trabajo, fomenta la creatividad y la innovación y fortalece la reputación de la empresa, al demostrar un compromiso con la responsabilidad social y los derechos humanos.

La interacción de diferentes perspectivas, ideas y soluciones proporcionan una mayor riqueza de enfoques para abordar problemas y desafíos. Por ello, las empresas que aplican la DEI pueden comprender, adaptar y satisfacer las necesidades y preferencias de una amplia parte de la población, consiguiendo un crecimiento en sus ingresos.

Estos cambios tan necesarios tienen en las grandes corporaciones y en movimientos sociales globales como ‘Pride LGBT+’, ‘Black Lives Matter’ y ‘Me Too’ un motor fundamental para aumentar la conciencia sobre la igualdad, la inclusión y el respeto en el ámbito laboral. Además, los organismos internacionales y las agencias reguladoras locales están cada vez más implicados en exigir la inclusión de políticas de DEI para transformar la cultura laboral.

En el camino hacia su implementación hay dos aspectos que pueden generar malestar entre los miembros de las organizaciones. Por un lado, establecer medidas de acción positiva para corregir desigualdades puede crear debates internos sobre el equilibrio entre la equidad y la competencia individual.Por otro, su aplicación de forma reactiva, una vez ha sucedido un evento de quiebre, como puede ser una denuncia por discriminación, puede generar ambientes tensionados, por lo que aconsejamos anticipar la implementación.

Las organizaciones deben comprometerse para impulsar un cambio positivo, ofrecer igualdad de oportunidades y nutrirse de las diferencias que aporta la singularidad de cada uno de nosotros.

El liderazgo tradicional está llamado a despertar de un letargo adquirido y a comprometerse con impulsar un cambio positivo, ofrecer igualdad de oportunidades y nutrirse de las diferencias que aporta la singularidad de cada persona. En un mundo cada vez más diverso y globalizado, el liderazgo inclusivo emerge como un pilar fundamental.

La DEI es y debe ser una prioridad para las grandes organizaciones en su compromiso para crear culturas más diversas e inclusivas. Así lo han manifestado más de 2.200 líderes empresariales de Estados Unidos, que han firmado una carta con el propósito de fomentar entornos de trabajo más inclusivos. Entre ellos se encuentran los de Harley-Davidson, Ikea, Kimberky-Clark, McDonald’s o Mattel. Esta última, la creadora de Barbie, ha transformado su marca para reflejar la diversidad de la sociedad actual, incorporando muñecas con diferentes tonos de piel, tipos de cabello y cuerpos, y discapacidades.

Cómo implantar la DEI de forma efectiva

Implantar la DEI en una organización no consiste únicamente en cumplir con las cuotas de diversidad, sino en transformar la cultura organizacional desde dentro. Los líderes deben experimentar de forma personal los mismos cambios de mentalidad, sentimiento y comportamiento que desean para sus compañías, para posteriormente aplicarlos en cambios reales y duraderos.

Para lograr este objetivo, se pueden adoptar algunas medidas:

  •  Ampliar el conocimiento. Educar y capacitar desde el inicio a nivel individual y de equipo es clave para comprender y reconocer el potencial de la diversidad, incluyendo una autoevaluación de sesgos y prejuicios personales.
  •  Valorar la singularidad. Fomentar un entorno laboral donde poder expresarse y contribuir de manera auténtica.
  •  Formalizar la inclusión. Establecer normas que prioricen la inclusión, fomentando la colaboración, la comunicación y la participación equitativa en la toma de decisiones.
  •  Impulsar el diálogo y la conexión. Construir relaciones horizontales para promover el intercambio de conocimientos, experiencias y perspectivas.
  •  Trazar el camino. El liderazgo se manifiesta a través de acciones coherentes con las palabras, donde la coherencia y una actitud positiva son elementos clave.

Las organizaciones, en su camino hacia un futuro más equitativo y diverso, están tomando medidas concretas para impulsar un cambio profundo.

La inclusión es una responsabilidad compartida entre todos los actores, que deben asumir con compromiso, respeto y solidaridad. El camino es largo, pero la transformación está en marcha.

Por Oscar Velasco, socio director de transformación de OLIVIA España.

Lee el artículo original de Capital Humano  aquí

 

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