Los ejemplos concretos de cómo el balance entre lo digital y lo sustentable producen beneficios inconmensurables son tantos y tan variados que elegir alguno resulta arbitrario
Son, desde hace algunos años, dos de los temas prioritarios en las agendas de CEOs y gobiernos. Si bien durante mucho tiempo se los confrontó como si formaran parte de una disyuntiva, en la actualidad queda cada vez más claro que se potencian mutuamente y que, combinadas, producen beneficios al interior de las organizaciones, para todas las personas que interactúan con ellas –clientes, socios de negocios, proveedores, colaboradores– y también para la sociedad en su conjunto.
¿Por qué es tan importante que estas dos transformaciones, la digital y la sostenible, se produzcan en simultáneo? Porque en conjunto llevan a la exaltación del concepto de “sinergia”: la sola idea de twin transition (transición gemela) habla de organizaciones que fomentan modelos de negocio basados en ecosistemas impulsados por la sustentabilidad y habilitados por la tecnología que consideran la sostenibilidad como una oportunidad de negocio y una respuesta a los desafíos sociales, que combinan recursos para escalar aplicaciones tecnológicas en prácticas responsables y que empoderan y nutren a su talento para impulsar todo lo anterior.
Este proceso requiere de una evolución hacia un modelo de liderazgo conectivo: quien lidere en red no será fijo y deberá pertenecer, tomar la distribución de la palabra y la reunión de voces diversas, desde el interior del ecosistema, sea cual fuera. El líder conectivo no es el que más habla o sabe, sino el que mejor escucha. Esa es la herramienta clave para la conexión.
La tecnología: una aliada para la equidad
En esta transición gemela, la transformación digital promueve la incorporación de nuevas tecnologías que son el camino para ganar eficiencias, aumentar la rentabilidad, generar agilidad, flexibilidad y resiliencia para responder rápidamente a un mercado que cambia a gran velocidad o incrementar la productividad a nuevos niveles.
Este proceso requiere de una evolución hacia un modelo de liderazgo conectivo
Pero también son la pieza clave para construir un futuro más justo, sano y equitativo: nos permiten medir las emisiones de carbono y generar las estrategias para reducirlas, nos entregan las herramientas para llevar la gestión de recursos y elementos que impactan sobre el medio ambiente –energía, agua, combustibles, residuos– a niveles de optimización sin precedentes, nos ayudan a construir cadenas de suministro responsables de extremo a extremo (incluyendo un mayor foco en la economía circular), nos habilitan la posibilidad de producir sin desperdicios de materia prima o rompen las barreras geográficas para que pueda contratarse talento en cualquier lugar.
Por otra parte, las empresas que integran las variables ESG (siglas en ingles por aspectos ambientales, sociales y de gobierno corporativo) en su estrategia y sus operaciones son más rentables y se vuelven más atractivas para los clientes, los inversores y también los potenciales candidatos para cubrir puestos. Según Nielsen, el 73% de los millennials está dispuesto a pagar más por productos y servicios que provengan de empresas que implementen políticas de sustentabilidad. Aquel viejo concepto de que las prácticas sostenibles implicaban un costo adicional quedó perimido: el Foro Económico Mundial (WEF) demostró que las organizaciones que desplegaron iniciativas medioambientales en los últimos años crecieron cerca del 15% anual y ahorraron casi USD 3.700 millones.
Las personas en el centro
Como consecuencia de todo lo anterior, podemos decir que las organizaciones deberán considerar que colaboradores y consumidores pondrán su propósito personal por sobre todas las cosas. Esto es un enorme desafío en el que precisamente la twin transition resulta una aliada clave: alinear el propósito de estos individuos con el de la organización para que ambas partes salgan favorecidas de cada interacción.
El Foro Económico Mundial demostró que las organizaciones que desplegaron iniciativas medioambientales crecieron cerca del 15% anual y ahorraron casi USD 3.700 millones
Los ejemplos concretos de cómo el balance entre lo digital y lo sustentable producen beneficios inconmensurables son tantos y tan variados que elegir alguno resulta arbitrario. Pero vale la pena intentarlo: imaginemos una empresa que puede experimentar toda una línea de producción nueva en un ámbito virtual e implementarlo en la realidad sólo cuando sabe que funciona, utilizando la tecnología conocida como “gemelo digital”. Esto implica un ahorro enorme en tiempo, dinero y huella de carbono.
Los casos no se restringen al mundo corporativo: si una construcción a gran escala se probará primero con diseños de realidad aumentada, se evitaría el tránsito de numerosos camiones, el talado de muchísimos árboles y el uso de muebles y materiales que luego pasarían a descarte.
Resumido en unas pocas palabras: la transformación digital debe ser sostenible y la transformación sostenible debe apoyarse en la digitalización para ser exitosa.
Por Paula Benardoni Líder Especialista en Innovación y People Centricity
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