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Innovar es una cuestión de cultura.

El sector financiero está a punto de atravesar una transformación profunda, y no es exagerado decir que veremos un nuevo capítulo en la historia del dinero.

La combinación de avances tecnológicos, una nueva mentalidad organizacional y la llegada de la inteligencia artificial generativa está rediseñando la forma en que bancos, fintechs e instituciones operan. Procesos automatizados, análisis de datos en tiempo real, atención cada vez más personalizada: todo eso ya está en el radar. Pero lo que realmente diferenciará a los líderes en este nuevo escenario es algo menos técnico y más humano.

Nuevos modelos de competencia y tecnología

La competencia bancaria de hoy ya no ocurre entre bancos. La verdadera disputa se da entre ecosistemas. Plataformas como Amazon, Google, Apple y Mercado Libre ofrecen productos financieros integrados de forma nativa en la experiencia del consumidor. La cuenta bancaria se ha vuelto invisible, un componente silencioso dentro de experiencias más amplias.

PwC describe cinco escenarios estratégicos para este futuro:

  • Revolución en la interfaz con el cliente:

    Los bancos pierden el contacto directo con el cliente, que ahora es gestionado por apps de retail, entretenimiento y redes sociales.

  • El ganador se lleva todo:

    Un mercado dominado por pocos gigantes con tecnología avanzada y gran capacidad de escala.

  • Un sector fragmentado y localizado:

    La desconfianza en grandes corporaciones abre espacio para bancos especializados y soluciones hiperfocalizadas e hipersonalizadas.

  • El regreso de los reguladores fuertes:

    Las barreras de entrada y nuevas normativas dan sobrevida a los actores tradicionales —siempre que alineen cultura, seguridad y transparencia.

  • El desafío de las monedas digitales estatales (CBDCs):

    La cuenta corriente, pilar de la relación bancaria, migra al banco central. Los bancos comerciales pierden su anclaje principal.

En este nuevo mundo, lo que definirá la supervivencia no será solo la tecnología, sino la capacidad de posicionarse estratégicamente como parte de un ecosistema de valor.


La cultura organizacional como diferencial estratégico

La tecnología, por sí sola, no transforma. Lo que transforma son las personas, con la mentalidad adecuada, operando bajo una cultura que propicie la innovación responsable.

Las culturas que promueven autonomía con responsabilidad, colaboración real y valores éticos claros crean entornos más adaptables al cambio y menos propensos a riesgos sistémicos.

Las instituciones centradas exclusivamente en metas financieras de corto plazo presentan mayor propensión a fraudes y colapsos reputacionales.

Autorresponsabilidad como pilar de la innovación sostenible

Los bancos innovadores necesitarán cultivar un fuerte sentido de autorresponsabilidad entre líderes y equipos técnicos. Esto implica:

  • - Fomentar la apropiación de decisiones sobre diseño de productos, uso de datos e impactos sociales;

  • - Estimular el pensamiento crítico en la adopción de tecnologías;

  • - Recompensar actitudes conscientes, no solo resultados agresivos.


Colaboración transversal como ventaja competitiva

En un contexto donde las soluciones son cada vez más interdisciplinarias, la colaboración entre áreas, instituciones y sectores se convierte en una habilidad estratégica. La fragmentación cultural es hoy uno de los mayores obstáculos para la innovación coordinada en bancos con estructuras heredadas.


Ética y gobernanza para la confianza digital

La cultura organizacional debe asegurar que la innovación esté anclada en valores. Esto incluye:

  • - Transparencia sobre algoritmos y uso de IA;

  • - Gestión clara del riesgo reputacional;

  • - Inclusión y diversidad como fuentes de inteligencia cultural;

  • - Cumplimiento normativo como principio de diseño —y no como barrera posterior al proyecto.


IA Generativa: disrupción, cultura y gobernanza

La Inteligencia Artificial Generativa (GenAI) representa quizás la mayor fuerza de disrupción en los bancos desde la llegada de internet.

Según Accenture, el 73% del tiempo de trabajo en el sector bancario podría verse impactado por GenAI hasta 2030 —combinando un 39% de automatización con un 34% de aumento en el rendimiento humano.

Sin embargo:

  • El 59% de los CEOs bancarios afirman que la principal barrera no es técnica, sino cultural;

  • El 50% de los bancos ya están creando funciones inéditas como curadores algorítmicos y diseñadores de confianza en IA.

El desafío ahora es la gobernanza organizacional de la IA, y eso comienza por la cultura.

La gobernanza de IA exige tres pilares culturales:

  1. Autorresponsabilidad algorítmica – Desarrolladores y líderes deben comprender y asumir los impactos éticos de sus decisiones.

  2. Colaboración humano-máquina – Los procesos de decisión deben integrar lo que propone la IA, pero siempre con supervisión y rendición de cuentas humana.

  3. Ética incorporada desde la ideación – Los proyectos de IA deben nacer con valores claros, desde el uso de datos hasta la prevención de sesgos.


El valor de los bancos está en la cultura

La pregunta que da título a este artículo —“¿Y si los bancos dejaran de ser bancos?”— no es solo provocadora. Nos obliga a pensar en el centro del asunto: ¿cuál es el valor real que los bancos entregan a la sociedad?

En un futuro donde la tecnología será fácilmente replicable, la verdadera ventaja competitiva será cultural:

  • - Bancos que promuevan autonomía con consciencia;

  • - Que fortalezcan redes colaborativas internas y externas;

  • - Y que traten la ética como parte de la arquitectura de la innovación.

Esos serán los que realmente merezcan seguir siendo llamados “bancos” —no por su nombre, sino por el papel fundamental que desempeñan en la sociedad.

 

Por Reynaldo Naves, socio de la consultora OLIVIA.

 

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