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Liderar hoy: el arte de equilibrar determinación y sensibilidad

En un mundo donde la incertidumbre es la norma, la determinación del líder define el rumbo de las organizaciones. Pero, ¿cuándo la convicción se convierte en terquedad? Y, más aún, ¿cuál es el equilibrio entre imponer y consensuar?

Había una época en la que ser líder significaba tener todas las respuestas. Hasta hace no tanto, sobre todo en las décadas del 80 y 90, se esperaba del jefe una dirección clara y contundente: sabía lo que había que hacer y ordenaba en consecuencia. Pero hoy, en cambio, los líderes se ven enfrentados a una paradoja: por un lado, se valora la vulnerabilidad y la emocionalidad; por otro, se sigue esperando que tomen decisiones con firmeza. En ese delicado equilibrio entre sensibilidad y determinación se juega el liderazgo efectivo en los tiempos actuales y sobre esto conversamos en nuestro último episodio de Whisky Stories

Determinación no es autoritarismo

La determinación en un líder no implica rigidez ni autoritarismo, sino claridad en la dirección y valentía para sostener una visión. No se trata de imponer decisiones sin escuchar, pero tampoco de diluirlas en un eterno consenso. Un buen líder sabe cuándo consultar y cuándo avanzar.

El caso de Horst Paulmann, el empresario recientemente fallecido que fundó Cencosud, ilustra perfectamente esta idea. Cuando se hizo cargo del restaurante de su padre en Temuco, al sur de Chile, tenía apenas 22 años. Había llegado a la capital de la Araucanía con solo 15 años y, tras la muerte de su padre en 1957, asumió la responsabilidad del hotel-restaurante familiar. Si Paulmann hubiera convocado a sus colaboradores para consultarles sobre su visión de crear el mayor retailer de Latinoamérica, probablemente se habría quedado administrando ese pequeño negocio en Temuco, sin cruzar fronteras. Su determinación estuvo precisamente en dar cuerpo a una visión ambiciosa y lograr la adhesión necesaria para materializarla.

El temor al autoritarismo llevó a muchos líderes a la tibieza, a no atreverse a definir rumbos con claridad por miedo a la reacción de su entorno. Pero la historia empresarial demuestra que grandes transformaciones no surgieron del consenso absoluto, sino de personas con convicciones firmes. Quien transforma una industria, un mercado o una organización no espera la aprobación de todos antes de dar el primer paso.

Equilibrio entre convicción y flexibilidad

Si bien la determinación es clave, también lo es la capacidad de evaluar y corregir el rumbo cuando es necesario. La diferencia entre un líder determinado y uno obtuso radica en su capacidad de escuchar, aprender y adaptarse. Determinación no es sinónimo de empecinamiento, sino de sostener una visión mientras se es flexible en el “cómo” se la ejecuta.

Algunos elementos esenciales de la determinación en el liderazgo son:

  • Claridad de visión: saber a dónde se quiere llegar y por qué.

  • Valentía para decidir: tomar decisiones a pesar de la incertidumbre.

  • Resiliencia: mantenerse firme ante la adversidad.

  • Humildad: saber reconocer errores y ajustar el camino.

  • Capacidad de inspirar: convocar a otros a sumarse a la visión.

Un líder determinado no necesita ser infalible, pero sí debe ser coherente. La clave está en liderar con confianza sin caer en la soberbia, en sostener una visión con determinación sin ignorar las señales del entorno. Porque, al final del día, un sueño solo se vuelve realidad cuando alguien tiene el coraje de apostarlo todo por él.

Te invitamos a ver el episodio “La determinación de un líder” de Whisky Stories en nuestro canal Olivia Play.



Por Ezequiel Kieczkier, CEO y socio fundador, y Alberto Bethke, socio fundador de OLIVIA Consultoría

 

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